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Douglas Marval
Traté de no redactar con rabia ni incómodo. Pospuse para otro momento prudencial y relativamente corto para sentarme a hacerlo. Y tampoco quise escribir como anécdota personal porque, total, cada quien tiene una historia diferente. Y ya después de haber respirado profundamente, exhalado con fuerzas y calmado de ciertas “rabias e impotencias” prendí mi PC y comencé a redactar. Porque creo que la situación nos arropa a todos por igual y esto no es una competencia de quejas ni dolencia y ver quién es el que más la está pasando mal.
Trataré de no caer en palabras despectivas, pero algunas no les puedo conseguir sinónimos ni palabras edulcoradas, llamándolas por su nombre. Es que los motes, remoquetes y adjetivos descalificativo están “jadeantes” y cansados después de haber recorrido un maratón kilométrico que ya lleva muchos años.
Y es con ustedes, políticos de pacotillas de “bando y bando”, que “nos están negociando y comercializando” cual negro africano sin poder nosotros chistar. Vulnerando todos nuestros derechos como ser humano; porque hasta allá llegaron sin tener el más mínimo derecho. Y si usted es “fanático” que le gusta irse por las ramas como los monos, que quiere imponer lo que usted cree colocando ejemplos fantasiosos y viajando por el mundo imaginariamente en su historia y colocando ejemplos que no saben desarrollar; creo que esto no va dirigido a usted. Y no se ofenda porque siempre quieren hacerse las victimas de piel sensible. Son gritones por excelencia.
No tiene derecho habernos llevado a donde estamos. No tienen derecho a quitarnos nuestra calidad de vida ni mucho menos habernos quitado nuestra idiosincrasia. No tienen derecho a imponernos nada, dogmáticamente hablando, porque son enemigo de lo pragmático. Y lo más triste: No le interesa tu vida, si estás bien, si te vas a otras fronteras, si comes, si se te daña algo, si te enfermas…. ¡si mueres! No eres importante como ser humano. Y si sigues allí, amigo fanático, leyéndome, sincérate internamente y dime si millones de venezolanos que pensamos lo mismo, estamos equivocados donde tu familia también está en el foso anímicamente, alimentaria y fuera de nuestras fronteras. Imagino que has tenido problemas con tu gente que te aprecia, amigos de toda la vida y familiares por todo esto. Entiende tú eres simplemente una persona alienada que algún día volverás a la realidad y volveremos hacer lo que éramos antes: venezolanos de primera. Pero ustedes no son solamente parte del problema en su totalidad, sino los protagonistas políticos internos y externos. Ya basta de todo esto.
Hice pausa, bebí algo de agua y volví a respirar profundamente para no colocar palabras fuera de contexto que rayen en una ofensa peyorativa sin salirme del balance. Seguimos: Como le comentaba, solo queremos que la normalidad regrese, que el estudiante se forme, que el trabajador sea pieza importante, que nuestros servicios básicos funciones y que seamos parte importante del futuro del país. Pero nuestra longevidad le están acortando su tiempo útil. La neuralgia colectiva, las preocupaciones por todo lo que te rodea y necesita ha hecho que la mortalidad se acerque más a nosotros. Y estos señores que están en la cúspide del poder no hacen nada por ponerse de acuerdo en una bendita solución.
La culpabilidad es “De bando y bando”, de políticas erradas, de inyectarle una sangre en el torrente social que ha hecho que convulsione sin poder darle su tratamiento porque se la están negando. De políticos que no están a la altura de este nuevo siglo. De no sentirnos representados y desnudos en esta sociedad que clama por la normalidad.
Así se está quemando el país. Pero este es un fuego que le gusta a los sadomasoquista, a los que tiene problemas de personalidad. A la gente decente no. Siempre tienen un comportamiento “ignífugo”
Respeto su posición ideológica pero no pueden imponernos nada porque nuestra cabeza está bien sujeta al cuello. Dogmáticamente no puede un país avanzar porque todos somos importante para que la pluralidad sea la llama ardiente de la Democracia quien marque el rumbo.
¡Y pasé la prueba! gracias a haber respirado y en su momento levantarme a beber agua para bajarle “dos” para no entrar en los “jadeantes” que nombré letras arribas que tienen rato corriendo este maratón que no se han hidratado en más de dos décadas.
No tienen derecho a dañar a la familia, no tienen derecho a tratarnos como borregos. No tienen derecho a montar esta fábrica de pobres. Lo que si tiene derecho es a retirarse, a renunciar y a dejar a su gente a vivir dignamente. Si tienen derecho a pagar todo el daño que han hecho y encerrarse en una cárcel para pagar. Si tienen derecho a darle a Venezuela un nuevo amanecer. Si tienen derecho a desaparecerse de una vez por todas para reconstruir el país de las ruinas donde la han dejado. Ellos hicieron de esta crisis un negocio y algún día pagaran. Si pagaran, porque se les olvida que son mortales y su juicio será personal. Y no se señalen porque es de los “Dos bandos que lo han hecho supermal”… ¡Por allí nos vemos!
Lcdo. Douglas V. Marval A. CNP: 18.896 04125368525
