Un ruso acabado de graduarse de médico llamado Leonid Ivánovich Rógozov participó en la sexta Expedición Antártica Soviética en los años 1960-1961. Era el único médico destinado en la Base Novolázarevskaya.
Mientras estaba allí desarrolló un terrible dolor que lo obligó a practicarse una operación él mismo. Se habia graduado como médico general, comenzando con su entrenamiento clínico para la especialidad de cirugía. Sin embargo, un año más tarde decidió interrumpir su especialización para unirse a esa sexta Expedición Antártica Soviética como médico.
Sería precisamente durante su trabajo en la Antártida en donde se convirtió en protagonista de uno de los casos de AUTOCIRUGÍA más famosos de la historia que se conocen hasta hoy día.
Todo comenzó la mañana del 29 de abril de 1961, cuando empezó a experimentar debilidad general, además de náuseas y fiebre. A estos síntomas se sumó un intenso dolor en la parte inferior derecha del abdomen.
Apelando a sus conocimientos médicos trató de aliviar los malestares con algunos tratamientos conocidos, pero ninguno de estos dió resultado. Al día siguiente, todo empeoró y supo que lo suyo era más grave de lo que se pensaba pues tenía Peritonitis. Que seria era esa dolencia..! En la noche su estado era grave.
Lo peor es que la estación soviética de investigación más cercana estaba a más de 3 mil kilómetros de la Base Novolázarevskaya, donde él se encontraba. Ninguna de las estaciones antárticas cercanas de otros países tenía aviones, lo que sumado a las condiciones meteorológicas lo llevó a tomar la drástica decisión de, operarse a sí mismo.
Fue así como a las 10 de la noche de ese mismo 30 de abril de 1961, Rógozov se inyectó anestesia local en la pared abdominal para iniciar la intervención, con ayuda del conductor de tractores de esa Estación soviética y el meteorólogo, quienes le facilitaban los instrumentos.
Además, ambos sostenían un espejo para que el médico Rógozov pudiera ver las zonas a las que de otra forma no habría podido inspeccionar.
Tras hacer una incisión de 12 centímetros, Rógozov comenzó a buscar su apéndice.Treinta minutos después empezó a sentir debilidad general y náuseas, razón por la cual debió hacer varias pausas para descansar en el procedimiento.
Según detalló en su informe, su apéndice inflamado tenía una perforación de 2 x 2 centímetros en la base.
Dos horas después de iniciada la operación, concluyó con notable éxito quirúrgico ya que su autocirugía fue un verdadero triunfo.
Actualmente, los investigadores que deben pasar largas temporadas aislados en la Antártida, deben someterse a una apendicectomía profiláctica que es, una extirpación del apéndice, para evitar que surjan complicaciones y deba entrarse en quirófano.
De hecho, para realizar viajes al espacio, otros planetas y cuerpos celestes, deberías extirparte esa prolongación de tu cuerpo.