José Trovat /
Wilmer Guillén es un joven de 22 años de edad, natural de Puerto Cabello, y con familiares residenciados en la urbanización Santa Cruz, se vio obligado a salir de su país, como muchos venezolanos por la crisis social, política y económica que vive Venezuela, sufrió un grave accidente laboral en la República del Perú, perdiendo prácticamente su mano derecha.
Guillén comentó que él junto a su familia y un grupo de amigos decidieron salir de Venezuela para buscar una mejor calidad de vida por la crisis que sufren los venezolanos, pero jamás pensó que su vida cambiaría de manera tan drástica al sufrir la amputación de sus cuatro dedos y parte de la palma de la mano derecha.
La gran migración venezolana, única y que jamás ha tenido antecedentes en el continente Americano, tiene su manto de oscuridad, tomando en cuenta que muchas personas inescrupulosas reclutan a venezolanos para explotarlos laboralmente, ofreciéndoles trabajo mal pago y en condiciones de inseguridad, calificándola como la nueva esclavitud laboral del siglo XXI.
El afectado señaló, que en la frontera entre Ecuador y Perú conoció a un ciudadano peruano de nombre Santos Rojas Díaz, quien le ofreció a él y a sus amigos trabajo en una empresa de reciclaje de plástico en la localidad de Trujillo en Perú.
Guillén relató que llegaron el 13 de diciembre a Trujillo y comenzaron a trabajar el 14 de diciembre de 2020 desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche, le asignaron la operación de una máquina paletizadora, sin tener los conocimientos previos de cómo funcionaba, y el día 18 de diciembre (a solo 4 días de comenzar a trabajar), sufrió el accidente cuando la máquina le atrapó la mano amputándole los cuatro dedos de su miembro.
Guillén aclaró que sus jefes lo trasladaron a la clínica Suarez, donde los médicos lo atendieron quirúrgicamente y le dieron la infausta notica que sufrió la pérdida de cinco metacarpianos y parte de la palma de la mano.
Ante tal acontecimiento, el propietario de la empresa no ha querido responsabilizarse de los gastos ocasionados por tan lamentable accidente laboral, a tal punto que lo despidió de la empresa, por tal motivo exigió a las autoridades peruanas para que lo ayuden a fin de que se haga justicia.
Wilmer aclaró que es sostén de hogar, integrado por su esposa y sus dos hijos de 4 y 3 años, ante esto exigió a la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil), que es la institución estatal que promueve, supervisa y fiscaliza el ordenamiento jurídico socio laboral y el de seguridad y salud en el trabajo, para que se aboque a investigar a dicha empresa, pues al parecer dicha recicladora estaría operando de manera ilegal, contraviniendo las leyes peruanas.
No obstante, el denunciante extendió un llamado a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) para que los ayude en tan lamentable hecho, por cuanto existen muchos venezolanos que no cuentan con asistencia en la República del Perú y están sufriendo las inclemencias de estar en un país ajeno y lejos de su tierra que los vio nacer.
Este joven venezolano, dijo con tristeza que la vida le cambió abruptamente, pues jamás pensó que algo así le podría pasar y más aún cuando necesita trabajar para levantar a su familia y poder salir adelante.