Wismar Marval/
No se sabe quién o quiénes son los encargados del negocio de la compra-venta de la chatarra en Puerto Cabello, pero lo cierto del caso es que deberían tomar en consideración el peligro que representa llevar este tipo de carga sin tener en estas unidades las barandas o conteiner que eviten que la misma se caiga o se suelte y pueda generar casos que lamentar.
Cada día se ven gandolas y más gandolas transitando cargadas hasta los “teque teque” de este material en las diferentes vías de la costa carabobeña.
Destaca que la mayoría de estas unidades de transporte pesado que van para allá y para acá, llevan su carga sin ningún tipo de seguridad, representando un peligro para usuarios de estas vías, llámense choferes de vehículos pequeños y pasajeros, y/ o personas que transitan a pie.
Vigas, rines gigantescos, rollos de metal, portones grandes, tubos de inmensas pulgadas y todo aquello que tenga un gran peso podrían caer en la vía y traer graves consecuencias.
Esto sucede ante la mirada de las autoridades respectivas, las cuales deberían reglamentar este tipo de traslado de material pesado y peligroso.
Este lunes pudimos observar como una de estas gandolas transitaba full chatarra sin llevar ningún tipo de seguridad, y al caer dicho vehículo pesado en uno de los tantos huecos que existen la ciudad, estuvo a punto de soltar parte de la carga y en una maniobra del chofer esta se mantuvo encima de la plataforma de la gandola.
Cabe destacar que el negocio de la chatarra está tomando mucho auge en la costa carabobeña, se ven en diferentes zonas de la ciudad una montaña de hierro tipo chatarra para su comercialización, el cual según versiones no confirmados sería de exclusividad de un pequeño grupo de personas de la localidad.