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Wismar Marval/
En horas de la tarde de este miércoles 16 de diciembre, la parte alta de la urbanización San Esteban en Puerto Cabello, como ya es costumbre se quedó sin energía eléctrica, trayendo malestar entre los habitantes del sector.
Al aparecer hubo un pequeño corto y explosión en uno de los postes ubicados en la calle 5 del sector a pocos metros del polideportivo.
Una cuadrilla de Corpoelec se presentó a los minutos al sector para buscar la falla y poder solucionar la problemática.
Pasaron más de tres horas de ardua labor de los trabajadores de Corpoelec quienes al energizar nuevamente la zona para reestablecer el servicio eléctrico, un inmenso chispazo acompañado de un fuerte ruido se hizo sentir en otro poste ubicados a 80 metros del primero donde se originó la falla, trayendo como consecuencia la caída de la guaya de alta tensión.
En la acera, frente de sus casa, debajo de esta guaya estaban sentados tomado un poco de aire varios vecinos que habitan en esta calle, al sentir el ruido y ver como fuegos artificiales, vieron como se les venía encima esta guaya que cayó sobre varios vecinos y un vehículo.
Andrés Varela de 65 años de edad, brincó con fuerza desde la acera donde estaba sentado, con silla en mano y se impulsó hacia la calle al sentir el cable sobre caer su humanidad pensando que venía energizado y cayó en el pavimento recibiendo tremendo golpe lo que le ocasionó una gran hematoma en la pierna inferior derecha, que rápidamente se le inflamó.
Adolorido y mostrando su hematoma dijo que gracias a dios la guaya no venía energizada o con corriente porque si no, no lo cuenta.
“Vi el chispazo y sentí el ruido, y en segundos sentí el golpe o latigazo de la guaya y la reacción que tuve fue lanzarme a la calle y ni tiempo me dio soltar la silla, imagínese usted si esta guaya hubiese tenido corriente nos quedamos allí las tres personas que nos cayó la guaya” acotó.
Por este motivo surgió una acalorada discusión entre vecinos y los trabajadores de Corpoelec ya que los habitantes alegaban que ellos les habrían notificado más temprano que la guaya estaba deteriorada y se podría caer y la repuesta que habrían recibido fue “eso está bien, no pasará nada”.
Familiares de los afectados por la caída de la guaya salieron a reclamar por lo que a ellos consideraron sea una mala maniobra y que pudo traer graves consecuencias, al pasar los minutos los trabajadores de Corpoelec reestablecieron el servicio en momentos en que llegaban al sitio comisiones del Sebin, Guardia Nacional y Policía Municipal.
Con las uñas trabajan los de Corpoelec
Una cosa si queda evidenciada durante este incidente, y fue que los trabajadores de la cuadrilla de Corpoelec no cuentan con los recursos necesarios para realizar estas labores, ya que tuvieron que utilizar sus propios teléfono inteligentes para alumbrar el trabajo a realizar y de igual manera colocaban retrovisores frente a los faros de luces de la unidad, para buscar el reflejo de la luz en el espejo y así dirigirla hacia arriba para tratar de alumbrar a quien estaba montado, tratando de arreglar la guaya. Ellos también merecen el reconocimiento, aunque paguen justos por pecadores.
